Hoy es el Día Mundial sin tabaco. Todas las especialidades sanitarias están de acuerdo en declarar al cigarrillo como el principal enemigo de la salud. Evitar fumar, o dejar de hacerlo, es una de las mejores inversiones que se puede realizar para nuestra salud, pero… ¿Cómo afecta el tabaco a nuestra salud visual?
Cataratas: No es una mera suposición. La Organización Mundial de la Salud (OMS), entre otras muchas instituciones de la salud, han demostrado que el tabaco provoca y agrava las cataratas (enfermedad visual que consiste en la opacidad del cristalino del ojo, que impide el paso de la luz, y que puede derivar en ceguera irreversible). Las cataratas son un 40% más frecuente en personas fumadoras. Esto se debe a dos razones: por un lado, la acción directa de las sustancias tóxicas del humo en los ojos y, por otro, la liberación en los pulmones de elementos químicos que, a través del torrente sanguíneo, llegan al globo ocular y afectan a su irrigación. La pérdida de visión está relacionada con la disminución de nutrientes y antioxidantes que genera el humo, responsables de mantener la transparencia del cristalino que, tras la oxidación, tiende a deteriorarse.
El tabaquismo también es uno de los factores de riesgo prevenibles para la Degeneración Macular Asociada a la Edad (DMAE) en la retina. De hecho, estudios realizados han demostrado que los fumadores y los exfumadores tienen más probabilidades de desarrollar DMAE que quienes nunca han fumado. Los mecanismos exactos por los que el tabaquismo aumenta el riesgo de DMAE no están claros, probablemente son múltiples, incluyendo el estrés oxidativo, inflamación y disminución de pigmento macular.
Ojo seco: Este mal hábito también aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares que influyen indirectamente en la salud de nuestros ojos. El humo del tabaco, incluido el humo que recibimos como fumadores pasivos, es un irritante que empeora los síntomas del ojo seco; una enfermedad ocular muy incómoda que impide un óptimo equilibrio de la hidratación del ojo.
El nervio óptico es también susceptible de daño por tabaquismo. Personas con dietas pobres, es decir que comen poco o mal, que fuman mucho y que también consumen cantidades excesivas de alcohol podrían correr el riesgo de sufrir lo que se conoce como pérdida visual relacionada con el nervio óptico (llamada también ambliopía del tabaco-alcohol).
Retinopatía del prematuro: En el caso de las mujeres en estado de gestación tienen más probabilidades de dar a luz prematuramente, poniendo a sus hijos en mayor riesgo de una enfermedad llamada retinopatía del prematuro, así como otros problemas de salud.
En las personas con diabetes con niveles elevados en la sangre de glucosa (azúcar), algunos estudios sugieren que fumar puede estar relacionado con mayores daños en los vasos sanguíneos de la retina, lo que en estos pacientes podría derivar con mayor facilidad en una retinopatía diabética. La persona en la que progresa una retinopatía diabética puede llegar a tener una pérdida considerable de visión, llegando incluso hasta la ceguera.