Parece increíble, ¿verdad? Pero es cierto: parpadear es un acto reflejo que repetimos miles de veces al día sin darnos cuenta… y es mucho más importante de lo que crees.
Lejos de ser una simple costumbre o un «tic», parpadear es el «superpoder invisible» que mantiene tus ojos hidratados, protegidos y limpios. Cada parpadeo distribuye de forma uniforme la lágrima sobre la superficie ocular, eliminando pequeñas partículas y previniendo la sequedad.
¿Qué pasa cuando usamos mucho las pantallas?
En la era digital, pasamos muchas horas frente a pantallas: ordenador, móvil, tablet… y eso tiene un efecto directo sobre nuestros ojos. Cuando nos concentramos en una pantalla, parpadeamos mucho menos. Este descenso en la frecuencia del parpadeo puede provocar:
Sequedad ocular
Irritación o escozor
Sensación de arenilla en los ojos
Fatiga visual o cefaleas
Estos síntomas son cada vez más comunes, tanto en adultos como en niños y adolescentes.
¿Qué podemos hacer para cuidar nuestros ojos?
Desde el Colegio de Ópticos-Optometristas de Asturias te recomendamos seguir algunos consejos sencillos para compensar esa reducción del parpadeo:
Parpadea conscientemente
Recuerda cerrar los ojos de forma natural y regular. A veces solo hace falta tomar conciencia de ello.
Haz pausas visuales
Aplica la regla del 20-20-20: cada 20 minutos, mira algo a 20 pies (unos 6 metros) durante al menos 20 segundos.
Ajusta tu entorno digital
Coloca las pantallas a una altura adecuada, con buena iluminación, y evita reflejos. Y si puedes, activa el modo oscuro o de confort visual.
Usa lágrimas artificiales si es necesario
Tu óptico-optometrista puede recomendarte productos específicos si presentas síntomas de sequedad ocular.
Cuida tus ojos: ¡parpadea!
Aunque parezca un gesto insignificante, parpadear es esencial para mantener una buena salud visual, especialmente en el entorno digital en el que vivimos.
Tus ojos lo agradecerán… incluso más que ese café de media tarde.