Seguro que lo has escuchado: “No leas a oscuras o te quedarás ciego”. Pero, ¿es esto verdad?
La respuesta es un rotundo MITO.
Leer con poca luz no causa daños permanentes a tus ojos. Sin embargo, puede generar fatiga visual, lo que se traduce en cansancio y dificultad para enfocar después de un rato. Esta situación es incómoda, pero no significa que hayas dañado tu vista para siempre.
¿Qué ocurre realmente?
Fatiga visual:
La falta de una iluminación adecuada obliga a tus ojos a trabajar más de lo normal, lo que puede ocasionar molestias y la sensación de ojos cansados.
Enfoque dificultoso:
Al leer en condiciones de poca luz, notarás que enfocar se vuelve más complicado. Esto es temporal y mejora cuando se retoma una iluminación correcta.
¿Cómo evitar la fatiga visual?
Lo ideal es contar con una buena iluminación. Aquí te dejamos algunos consejos:
Iluminación adecuada:
Utiliza luz ambiente combinada con un foco dirigido directamente a tu libro o pantalla. La clave es evitar reflejos molestos que obliguen a tus ojos a ajustar constantemente el enfoque.
Descansos regulares:
Si pasas mucho tiempo leyendo, recuerda hacer pausas para que tus ojos se relajen y recuperen la agudeza visual.
Consulta a un profesional:
Si experimentas molestias persistentes como fatiga visual o dolores de cabeza, no dudes en visitar a tu óptico-optometrista. Una revisión te ayudará a descartar cualquier problema subyacente.
En resumen, aunque leer con poca luz no te dejará ciego, una iluminación insuficiente puede molestarte y ocasionar fatiga. Cuidar de tus ojos con buenas condiciones de luz y descansos adecuados es fundamental para tu bienestar visual.














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