Si usas lentes de Contacto o las vendes en tu clínica, y te preocupa su impacto en el medio ambiente este post te interesa…y mucho!
Cada vez empieza a ser más urgente que nos pongamos las pilas con el cuidado y la sostenibilidad del medio ambiente. Iniciativas como la, ya conocida, propuesta de Greenpeace sobre hábitos de consumo de las tres erres: «Reducir, reutilizar y reciclar» que pretende desarrollar hábitos de consumo responsable, aplicaciones móviles como «AIRE» de Ecoembes que nos responde a nuestra dudas sobre reciclaje, o el movimiento Zero Waste, son ahora vitales para conseguir frenar la degradación del medio ambiente e intentar revertir alguna de sus consecuencias.
El uso de lentes de contacto genera residuos que deben también gestionarse de forma adecuada para que su uso tenga un impacto menor, pero…
¿Cómo debemos gestionar los residuos derivados del uso de lentillas?
Empecemos con una lista muy básica con la que poder empezar:
CUBO GRIS: En el cubo gris o cubo de restos u otros residuos debemos depositar las lentes de contacto (más abajo indagaremos más en este tema).
CUBO AMARILLO: Blísters, estuches, envases de las soluciones de mantenimiento y otros elementos plásticos.
CUBO AZUL: Cajas de cartón de las lentes de contacto y de los productos de mantenimiento.
⚠️ IMPORTANTE: NUNCA TIRES TUS LENTILLAS por el desagüe, vater, o cualquier otro lugar que no sea el cubo gris/de restos, están compuestas en gran medida por plástico y su impacto medioambiental es grave.
Esta pequeña guía no sólo es para usuarios, si eres Óptico-optometrista y/o tienes una clínica también deberías incluir protocolos de reciclaje y gestión de residuos para disminuir su impacto.
El impacto de las lentes de contacto
Las lentes de contacto están optimizadas para mantenerse en buen estado en ambientes húmedos, por ello tirarlas por el desagüe o el vater las mantiene hidratadas y dificulta su degradación.
Además debemos tener en cuenta que están, por el momento, fabricadas con materiales plásticos, que están formados por una mezcla de polimetilmetacrilatos, siliconas y fluoropolímeros, y durante su degradación se convertirán en microplásticos, un elemento muy contaminante. La consecuencia: la muerte de millones de animales marinos al año, estos mueren asfixiados o por obstrucciones en sus órganos causadas por este material.
Las redes de saneamiento y plantas de tratamiento sufren atascos y poblemas derivados de la mala gestión de la población general, y no siempre son capaces de filtrar estos microplásticos, por lo que no podemos esperar que esta sea «la solución» al problema.
Gran parte de estos residuos terminan en en el mar y en ríos, y son confundidos por comida por los animales acuáticos, afectando drásticamente a su sistema digestivo o ayudando a producir toneladas cúbicas de basura plástica en los océanos. De los peces y otros animales, pasan a nuestro plato de comida, y de ahí a nuestro aparato digestivo, algo que a medio o largo plazo puede provocar nuevas enfermedades y dolencias.
El cubo amarillo, el cubo gris y el punto limpio
Las lentillas están hechas de plástico sí, pero no van en el cubo amarillo, el cubo amarillo está destinado a envases, y por lo tanto tendrás que desecharlas en el cubo gris.
La falta de instrucciones concretas por parte de los fabricantes, hace que sea muy difícil determinar la forma más adecuada de gestionar estos residuos. Por ello cada municipio determina dónde se deposita este producto. Así que si tu localidad cuenta con un espacio de recogida de lentes de contacto en su Punto Limpio, es ahí donde hay que tirarlas. En caso contrario, debe ir al cubo de la basura normal, al de desecho general no clasificado.
Por otra parte, ya hay empresas fabricantes con conciencia que están tomando medidas para mejorar y ser más sostenibles, como es el caso de Alcon, Bausch, Cooper, Johnson o Menicon. Estás empresas están centrándose en mejorar sus áreas clave:
- Reutilizando y minimizando su demanda.
- Usando energías renovables y disminuyendo su consumo.
- Reduciendo y reciclando los productos necesarios para la fabricación y haciendo que los envases de lentes y productos sean reciclables.
Residuos derivados
Las cajas y blísters también conviene reciclarlos de forma adecuada. Aunque sólo el cartón sea biodegradable, los blísters y envases de plástico pueden tener una segunda vida si los reciclamos, lo que es mucha más sostenible.
El blíster de plástico y la tapa de aluminio, los botes de los productos de mantenimiento y los estuches de conservación de lentillas sí son envases y suelen pertenecer al grupo de plásticos 5PP (polipropileno), por lo que deben desecharse en el contenedor amarillo.
Las cajas de cartón de las lentes de contacto y de los productos de mantenimiento deben desecharse en el contenedor azul de papel/cartón.
Las lentillas del futuro
En algunas empresas ya se habla de lentillas a base de soja, lo que las hace completamente biodegradables.
Por ahora debemos conformarnos con hacer una correcta gestión de nuestros residuos e intentar mantenernos informados.
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