Con la llegada del otoño, los paisajes cambian, las temperaturas bajan y el aire se vuelve más fresco… Pero ese vientecito tan agradable puede tener efectos no tan agradables para tus ojos.
El viento otoñal, unido a la menor humedad ambiental, puede provocar sequedad ocular, enrojecimiento, sensación de arenilla e incluso visión borrosa. Sí, tus ojos también notan el cambio de estación.
¿Qué puedes hacer para proteger tu salud visual en otoño?
Usa gafas de sol… también sin sol: Las gafas actúan como un escudo frente al viento, el polvo y los alérgenos. No solo protegen frente a la radiación UV, también evitan que el aire seco impacte directamente en tus ojos.
Lágrimas artificiales monodosis: Si notas sequedad o escozor, las lágrimas artificiales son tus aliadas. Asegúrate de que sean en formato monodosis, ya que los envases abiertos pueden contaminarse fácilmente.
Hidratación, clave también en otoño: Aunque el calor ya pasó, tu cuerpo (y tus ojos) siguen necesitando agua. Bebe líquidos con frecuencia: una buena hidratación interna se refleja también en tu mirada.
Consulta con tu óptico-optometrista: Si la sequedad o irritación persiste, no lo dejes pasar. Tu profesional de confianza puede ayudarte a prevenir problemas mayores y recomendarte el tratamiento más adecuado.
Este otoño, cuida tus ojos tanto como tu abrigo. Verás, y sentirás, la diferencia.














¿Dolor de cabeza, visión borrosa o mareos con tus gafas? Puede que el problema no seas tú… sino tus gafas