Si llevas gafas y has notado mareos, dolor de cabeza, visión borrosa o incluso una sensación de desorientación, lo primero que piensas es: “¿Me habrá cambiado la graduación?”
Pero la respuesta, en muchos casos, está en otro sitio: el ajuste de tus gafas.
¿Por qué el ajuste importa tanto?
Unas gafas mal ajustadas o con las lentes mal centradas pueden interferir seriamente en tu visión y provocar más molestias que beneficios.
Y no hablamos solo de que se te caigan por la nariz: la posición exacta de los centros ópticos y los ejes visuales debe ser precisa. Si no coinciden, puedes experimentar:
Fatiga ocular
Dolor de cabeza recurrente
Visión doble
Mareos o desorientación
Y si llevas lentes progresivas, el ajuste correcto de la montura es aún más importante. Si no están bien posicionadas, será imposible enfocar correctamente en todas las distancias.
¿Cuál es la solución?
Por suerte, tiene fácil arreglo:
Revisión visual con tu óptico-optometrista
Antes de pensar que “tus gafas están mal”, asegúrate de que tu graduación sea la adecuada y actualizada.
Ajuste profesional de la montura y las lentes
Un óptico-optometrista se asegurará de que las lentes estén bien centradas respecto a tus ojos y que la montura se adapte perfectamente a tu rostro.
Nada de gafas premontadas
Las gafas de farmacia o sin ajuste personalizado no están hechas para ti. Pueden darte una solución momentánea, pero no garantizan salud visual a largo plazo.
Ver bien no es solo cuestión de graduación… también de ajuste
En óptica, milímetros marcan la diferencia. Una lente perfectamente graduada puede no funcionar bien si no está bien colocada frente a tu ojo.
Por eso, ante cualquier molestia, no lo dejes pasar: acude a tu óptico-optometrista de confianza en Asturias y asegúrate de que tus gafas trabajen a tu favor, no en tu contra.














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